Artículo escrito por nuestra socia Eugenia Navarro y publicado en su blog Fuera de la Ley en Expansión.
Me gusta siempre, cuando empieza el curso, hablar de las tendencias en el sector legal y hacer un extracto de lo que viene. Estas tendencias son fruto de mi experiencia como consultora, ya que me permite estar en contacto con empresas y despachos y de mi labor de docente e investigadora del mundo jurídico.
Es innegable que estamos viviendo uno de los momentos más fascinantes y retadores de la abogacía y que la flexibilidad y la capacidad de adaptación a los cambios forman parte del perfil de abogado de esta era. Los abogados necesitan incorporar nuevos conocimientos, competencias y habilidades y estar en alerta para formarse en nuevas disciplinas. La inteligencia artificial generativa, sin duda, ha irrumpido en el sector legal como ninguna otra tecnología y cambiará la forma de prestar servicios jurídicos. Aunque estemos en fase de exploración, ya se puede imaginar lo que vendrá.
Pero a pesar de la tecnología, la búsqueda de eficiencia y el permanente cambio, estamos en un negocio en el que las personas siguen siendo y serán la clave. Colaborar, ayudar y ser generoso son esenciales en las relaciones profesionales de éxito, y aunque la tecnología esté impactando en la mejora de la eficiencia operativa, más que nunca, la parte emocional está marcando la diferencia entre el perfil de abogados, las firmas o los modelos alternativos. Entre capacidades parecidas, queremos trabajar con las personas con las que nos sentimos mejor, comunican mejor y son capaces de entendernos. La diferencia entre que los equipos cumplan objetivos o que sean equipos de alto rendimiento, es la relación emocional entre sus miembros.
Dejando claro la relevancia de las personas, resumo aquí las que creo que serán las principales tendencias del sector para el próximo año:
1. Búsqueda de la excelencia operacional y la eficiencia. Las operaciones legales están ganando tracción tanto en los departamentos legales como en las firmas o en cualquier otro modelo dentro del sector legal. El uso de tecnología y en especial la inteligencia artificial generativa será cada vez más precisa y eficiente e impactará en la automatización, ciclo de vida de los contratos, investigación, chatbots o generación de asesoramiento legal básico. Los departamentos de operaciones legales están creciendo, comprendiendo mejor y ayudando a generar optimizaciones en los servicios jurídicos. Ser más eficientes, también nos llevará a ser más accesibles en precio, un mayor acceso a la justicia y una diferenciación entre las firmas industrializadas y las que realicen trabajos de valor añadido.
2. Incorporación de criterios ESG y sostenibilidad. Las asesorías jurídicas están realizando un ejercicio de aportación de valor a las estrategias de sostenibilidad de sus compañías y los despachos están aumentando sus capacidades de asesoramiento en estos temas. Esto incluye temas como gobernanza, cambio climático, programas probono o diversidad e inclusión. Las políticas de ESG y sostenibilidad se están convirtiendo en un criterio clave de selección de proveedores.
3. Evolución de los roles de los profesionales en el sector legal. Los abogados y, en especial, los abogados corporativos se centrarán más en asesorar en temas de valor añadido y complejos y las funciones de gestión serán asumidas por profesionales expertos, no siempre abogados. Veremos que las funciones de menos valor añadido serán llevadas a cabo a través de tecnología (inteligencia artificial generativa). No será lo mismo ejercer derecho que prestar servicios jurídicos, en lo que significa un cambio profundo de paradigma.