Artículo escrito por nuestra socia Eugenia Navarro y publicado originalmente en Abogacía.es en este enlace.
Texto parcial del artículo:
El abogado que ejerce en una firma de abogados tiene interiorizado desde hace mucho tiempo la relevancia de la marca personal en su contratación. El reconocimiento del mercado siempre ha sido importante y en torno a esta marca, los directorios legales y los premios están más de moda que nunca. Y es que no se trata de lo que decimos sobre nosotros, si no lo que un tercero opina de nuestros servicios. Estamos en la era de la recomendación y de las evidencias contrastables.
La marca personal es algo que siempre se ha desarrollado de manera natural a lo largo de los tiempos en los servicios profesionales, pero fue en el 1997 cuando se publicó el libro de Tom Peters “A brand called you” (“Una marca llamada tú”) en la que por primera vez se aplicaban técnicas de gestión de marca a la propia persona como si fuese un producto que vender. En definitiva, no se trata de lo que eres, se trata de lo que otros piensan que eres. Es una cuestión de percepción, y sobre las percepciones se puede influir a través de los diferentes mensajes que emitimos.
Los abogados in-house, sin embargo, no han prestado mucho tiempo ni esfuerzo en trabajar y crear esa marca personal buscando notoriedad en el mercado para conseguir influencia en su propia compañía. No han pensado que lo necesitaban, con resolver bien su trabajo legal era suficiente. Tuve la oportunidad de ser ponente y reflexionar sobre marca personal con muchos in-houses en la reunión de la ACC (Association of Corporate Counsels) Europe en Madrid.
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